(CNS photo/Paul Haring)
CIUDAD DEL VATICANO (CNS) – Cuando el Papa Francisco saludó a los miles de fieles reunidos en la Plaza de San Pedro empapada por la lluvia el 13 de marzo de 2013, bromeó diciendo que sus hermanos cardenales buscaron casi "hasta los confines de la tierra" para encontrar un nuevo obispo de Roma.
El fin del mundo, en este caso, fue Buenos Aires, Argentina, donde el Papa Francisco nació de inmigrantes italianos en 1936 y se desempeñó como arzobispo desde 1998 hasta que se convirtió en Papa en el 2013. Es el primer Papa nacido fuera de Europa desde el año 741 y el primero de América Latina, donde se estima que vive el 40 por ciento de la población católica mundial.
Esa distinción ha moldeado el enfoque del Papa Francisco para gobernar la iglesia durante los primeros 10 años de su pontificado, forjando prioridades pastorales y toma de decisiones doctrinales arraigadas en su identidad como servidor del pueblo en las "villas miserias" de Buenos Aires, primero durante una dictadura militar y luego durante una profunda crisis financiera.
"Por lo general, los papas europeos comienzan a pensar en la teología desde la filosofía", dijo a Catholic News Service, Emilce Cuda, secretaria de la Comisión Pontificia para América Latina. Pero en América Latina, mirar la relación de la humanidad con Dios comienza con la gente común, agregó.
Cuda dijo que eso se debe a que América Latina fue "el primer continente en tomar en serio el Concilio Vaticano II" y con él la idea de que la voluntad de Dios se puede descubrir al escuchar a todos los miembros bautizados de la iglesia.
La apertura resultante al "discernimiento comunitario", como lo describió Cuda, caracterizó los primeros años de la vida sacerdotal del Papa Francisco, quien fue ordenado sacerdote solo cuatro años después de que terminara el concilio, y se prolongó hasta uno de los acontecimientos más recientes de su pontificado: la apertura del actual Sínodo de los Obispos.
El sínodo busca recopilar aportes de todos los miembros bautizados de la iglesia para informar las discusiones entre los obispos del mundo sobre la formación de una iglesia que escuche. Los obispos se reunirán en Roma en dos sesiones, la primera en octubre y luego nuevamente un año después.
“No es una teología diferente, no es una iglesia diferente, no es un papa latinoamericano ahora en la cima de la Iglesia católica; es la continuación de una tradición que comenzó en los años 60s en este consejo”, dijo Cuda a CNS. "El Papa Francisco sigue adelante con este desafío que comenzó con el Concilio Vaticano II".
Mar Muñoz-Visoso, directora ejecutiva de la Secretaría de Diversidad Cultural en la Iglesia de la Conferencia de Obispos Católicos de los EE. UU., dijo a CNS que el estilo pastoral latinoamericano del Papa Francisco se incorporó en la enseñanza de la iglesia desde el comienzo de su pontificado.
Como ejemplo, citó su primera exhortación apostólica, "Evangelii Gaudium", sobre la proclamación del Evangelio en el mundo de hoy, y la comparó con el documento final de la reunión del consejo de obispos latinoamericanos en Aparecida, Brasil, en el 2007. El Papa Francisco dirigió el comité que redactó el documento, que insistió en que la evangelización en América Latina debe involucrar un compromiso cercano con los fieles y especialmente con aquellos en los márgenes de la sociedad
El documento de Aparecida reflejaba lo que Muñoz-Visoso llamó el "fuerte sentido de misión" de la iglesia latinoamericana, así como su naturaleza "comunitaria".
"Se podría decir que 'Evangelii Gaudium' toma los principios fundamentales de Aparecida y los vuelve a proponer para la iglesia universal", dijo, incluyendo la "rica tradición de colegialidad y discernimiento común" en la iglesia latinoamericana.
Ese aporte a la iglesia universal desde lo que históricamente se ha considerado el margen del mundo teológico es lo que el Dr. Hosffman Ospino, profesor asociado de ministerio hispano y educación religiosa del Boston College, identificó como el mayor impacto del pontificado del Papa Francisco.
Tradicionalmente hemos mirado a América Latina como un territorio de misión, pero no lo hemos buscado por su liderazgo. Francisco cambia todo eso”, Ospino dijo a CNS. “Él demuestra que el catolicismo latinoamericano es vibrante con mucha energía que es tanto teológica como pastoral”.
Para los inmigrantes latinoamericanos, especialmente en Europa y Estados Unidos, dijo Ospino, la figura del Papa Francisco "reafirmó" su experiencia de la iglesia y los volvió a poner en contacto con un vocabulario de "misión" y un cariño por la devoción popular propia de las iglesias en las que crecieron.
El obispo Daniel Flores de Brownsville, Texas, dijo a CNS que tener un papa de América Latina "ha expandido la perspectiva de América Latina a la iglesia universal". Como líder de una diócesis fronteriza con México, el obispo Flores dijo que el estilo pastoral y el cuidado de los migrantes del Papa Francisco "resuena mucho" con la realidad del Valle del Río Grande.
“Todos traen consigo su historia cuando sirven en el sacerdocio, y ciertamente en el papado", dijo, "y su sentido pastoral de tratar de no olvidar a nadie y de tener siempre presente a quien puede no estar atendido es algo que nace en gran medida de esa experiencia latinoamericana", agregó.
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