Caridades Católicas está acostumbrada a los desastres; es parte de lo que hacen. Después de los huracanes, sus oficinas proporcionan alimentos, agua, artículos de limpieza e inclusive unidades móviles con lavadoras y secadoras.
Se preparan cuando una tormenta está en camino. Una vez que llega, esperan hasta que las carreteras estén despejadas o a que sea seguro proceder con la ayuda. Han tenido que esperar hasta el día siguiente, e inclusive uno o dos días. Se han adaptado a los cortes de luz y a la escasez de gasolina.
Pero no todos los desastres son iguales. Algunos no están relacionados con el clima. Algunas veces el desastre es el comienzo inesperado de una pandemia.
Esto fue lo que sucedió en marzo a Caridades Católicas, quien maneja cinco despensas de alimentos, en el este de Carolina del Norte y, distribuye cerca de tres millones de libras de alimentos al año.
De repente, una organización que estaba acostumbrada a esperar a que una tormenta pasara, se encontraba observando un evento que no tenía planes de pasar en uno o dos días. Nadie estaba esperando a que volviera la luz o a que bajaran los niveles del agua.
Por el contrario, los empleados de Caridades Católicas se encontraron decidiendo qué hacer con las despensas de alimentos y cómo mantener seguros a los clientes, a los voluntarios y al personal de trabajo.
Cuando las escuelas cerraron sus puertas, muchos niños perdieron las comidas ofrecidas diariamente en estas. La necesidad de despensas de alimentos creció a medida que el desempleo aumentó en Carolina del Norte.
La Directora Ejecutiva de Caridades Católicas, de la Diócesis de Raleigh, dijo en marzo: “Las necesidades de las personas cambiaron... y ese es un punto muy importante".
La Sra. Perkins y el Sr. Daniel Altenau, Director de Comunicaciones y Servicios de Desastre de Caridades Católicas, de la Diócesis de Raleigh, hablaron con el personal administrativo y con los directores regionales del programa. Ellos se comunicaron con agencias asociadas y otros grupos de Caridades Católicas en los Estados Unidos.
"Todo alrededor nuestro estaba cerrando sus puertas", dijo la Sra. Perkins. "Una cosa diferente acerca de este evento fue que, además de tener que manejar la seguridad también había que manejar el miedo".
Caridades Católicas tomó la decisión de suspender los servicios, lo que significaba que las cinco despensas de alimentos se cerrarían temporalmente.
No pasó mucho tiempo antes de que las llamadas telefónicas, los correos electrónicos y los comentarios de las redes sociales comenzaran a llegar. Algunas nos ofrecían su apoyo, pero una gran cantidad fue negativa y se centró en el hecho de que cómo era posible que Caridades Católicas cerraran sus puertas exactamente cuando la gente más los necesitaba, dijo la Sra. Perkins.
"Eso dolió", dijo en septiembre, haciendo una pausa mientras estaba sentada en una mesa de picnic frente al edificio donde están sus oficinas. "Dolió, dolió... ya que lo que realmente queríamos hacer era asegurarnos de poder continuar ofreciendo apoyo a estas familias".
Para que ésto sucediera, cerraron sus puertas y comenzaron a trabajar en la reapertura.
Un nuevo tipo de necesidad
La mayor preocupación de la Sra. Perkins y de su personal, fue que Caridades Católicas no es experta en situaciones médicas ni en cómo operar en una pandemia. Pero Kevin Sullivan, un parroquiano del Newman Catholic Student Center en Chapel Hill, si lo era y les ofreció ayuda.
El Sr. Sullivan, quien estaba estudiando para convertirse en diácono en ese momento, tenía la experiencia necesaria.
Siendo estudiante universitario, a comienzos del año 2000, trabajó como paramédico, y se involucró en el área de planeación de pandemias, entrenándose para responder a ataques
biológicos y químicos cuando trabajó con el Departamento de Bomberos y Rescate del Condado de Fairfax, Virginia, durante los ataques con anthrax.
Posteriormente fue a trabajar con el Departamento de Seguridad Nacional y luego, en el sector privado, en planificación y respuesta corporativa hacia las pandemias.
"Realmente, mi experiencia laboral está enfocada hacia la planificación de pandemias”, dijo durante una videoconferencia, a NC Catholics. "En mi cargo actual trabajo para una organización de investigación clínica. Cuando vi en las noticias que Caridades Católicas estaba cerrando sus despensas de alimentos, decidí ponerme en contacto".
La Sra. Perkins estaba agradecida con su oferta.
El me dijo: “Realmente creo que puedo ayudarle”. “Yo no lo conocía, pero pensé… ̔si realmente piensa que puede ayudar, que me diga cómo. Y lo hizo̕. Efectivamente conformó un equipo para que, en caso de que tuviéramos dudas, lo investigaran. Si nuestro personal tenía preguntas, ellos encontraban las respuestas. ¿Qué tipo de máscara es la correcta? ¿Cuántas personas pueden estar en un mismo lugar a la vez? Ellos revisaron todo, desde la logística hasta físicamente dirigir el tráfico. Este grupo realmente se involucró".
El equipo que se “involucró”
Durante dos semanas, el Sr. Sullivan, el Sr. Altenau y la Sra. Perkins pasaron horas buscando la manera más segura de reabrir las despensas de alimentos. Hablaron acerca de la forma como los alimentos podrían distribuirse al aire libre, guardando las distancias sociales; de cómo funcionaría la operación y de cómo mantener a todos a salvo.
El punto más importante que todos tenían en mente, era que casi todos los voluntarios regulares y de confianza, que manejan las despensas de alimentos, eran personas retiradas o jubiladas de sus trabajos y cuya edad los ponía en la categoría de alto riesgo para contraer el Corona Virus 19 (COVID-19).
Además de mantener seguros a los voluntarios regulares que decidieron regresar, también era una prioridad reclutar y capacitar a los nuevos voluntarios que tomarían el lugar de aquellos que decidieron no regresar.
Personalmente, el Sr. Altenau perdió a su abuelo por el Corona Virus, en Nueva York, al comienzo de la pandemia. Esa pérdida permaneció en la mente, tanto de él como de la Sra. Perkins, al tener que enfrentarse a la toma de decisiones importantes, aquí en Carolina del Norte.
"Lo estábamos viviendo", dijo la Sra. Perkins. "Internamente, teníamos empleados preocupados por ello."
Ellos no dejaron de preocuparse, pero tampoco dejaron de trabajar.
Durante dos semanas, tanto las videoconferencias como las noches largas de trabajo se convirtieron en lo normal. El Sr. Altenau y el Sr. Sullivan, trabajaron junto a un equipo (ver “Los verdaderos conductores”) que logró conformar utilizando sus conexiones con las comunidades académicas, de fe y profesionales a las que ha pertenecido.
"Creo que simplemente dormimos menos", sonrió el Sr. Sullivan cuando se le preguntó cómo el equipo continúo trabajando tiempo completo en sus profesiones al igual que en el voluntariado para Caridades Católicas.
El equipo, que incluyó profesionales en el campo de la salud pública, educación, mercadeo y tecnología, creó un protocolo para la reapertura; así como una serie de videos y presentaciones en power point, para el personal y los voluntarios, donde se detallaba cómo funcionaría este protocolo.
No fue una solución que aplicaba para todos los casos. En muchos, la forma de operar fue adaptada a cada despensa dependiendo de su tamaño y proceso de admisión.
Para Abril, fecha en la que reabrieron las despensas de alimentos, tanto el equipo de Caridades Católicas como el equipo de trabajo voluntario se sentía seguro y tranquilo con el protocolo implementado.
"Esto no fue algo que traté de hacer yo solo. Tuvimos buenos colaboradores... ellos son los verdaderos héroes. Los gerentes de proyecto... y con ellos un equipo de 15 personas", dijo el Sr. Sullivan, quien fue ordenado diácono en el mes de junio.
"Todos estamos llamados a ofrecer nuestros dones y talentos al mundo. Me encanta imaginar cómo sería la Iglesia si todos hiciéramos eso. Es maravilloso e inspirador ver y trabajar con personas que lo están haciendo… y saber que, estuvieron cerrados solamente por diez días. El Espíritu Santo estaba presente.
“Los verdaderos conductores”
Unos meses antes de ser ordenado diácono de la Diócesis de Raleigh, el planificador profesional de pandemias Kevin Sullivan, reunió un equipo de voluntarios profesionales en el campo de la salud pública, educación, mercadeo y tecnología para crear un proyecto y sus directrices para Caridades Católicas, con el fin de ayudarles a reabrir cinco despensas de alimentos durante la pandemia.
NC Catholics se puso en contacto con los líderes, con el fin de conocer más acerca de ellos. El Sr. Sullivan los llamó “los verdaderos conductores" del proyecto por poner a disposición sus habilidades profesionales e invertir muchas noches de trabajo en éste.
Karl Johnson
Edad: 24 años
Ciudad natal: Grand Haven
Parroquia: St. Thomas More, Chapel Hill
Experiencia en el tema: Estudiante de doctorado en salud pública, UNC Chapel Hill
“Yo fui parte de un pequeño grupo de trabajo que se enfocó en limpieza y seguridad. Desarrollamos documentos... [y] una breve descripción de trabajo para la posición de ̔monitor de seguridad̕ . Igualmente buscó colaboradores que ayudaran al ministerio a limpiar materiales. Por ejemplo, una lavandería local ofreció servicio de limpieza sin costo. Quiero hacer un reconocimiento especial a Emma Balek, Amanda O'Brien y Alice di Fazio quienes formaron parte de mi pequeño grupo de trabajo. Creo que lo más gratificante de todo fue ver la pasión que mostraron tantos católicos locales hacia el trabajo que se estaba llevando a cabo, al igual que la generosidad con su tiempo para que éste siguiera avanzando”.
Isabel Wright
Edad: 27 años
Ciudad natal: Durham
Parroquia: Holly Infant, Durham
Experiencia en el tema: Director del programa en Duke Human Vaccine Institute
"Fui gerente de proyectos para el módulo de "Educación para voluntarios acerca del Corona Virus”... teníamos un grupo grande de personas con experiencia en medicina, operaciones/logística, gerencia de proyectos y comunicaciones. También teníamos voluntarios para la despensa de alimentos.
Esta es la primera pandemia que muchos de nosotros hemos vivido y, ver las consecuencias fue preocupante. Yo conocía la amenaza de las pandemias y los impactos en salud pública que podían traer, pero ésto no me preparó para la gravedad de la situación.
Este proyecto de Caridades Católicas fue diferente; fue una manera de hacer algo adicional a lo estipulado en la descripción de mi cargo; ayudando a otro nivel y utilizando mis habilidades para un nuevo propósito. El aspecto más gratificante de todo ésto fue saber que ayudamos a reabrir un recurso muy significativo, al que la comunidad tendría acceso en estos tiempos difíciles. También aprendí mucho acerca de Caridades Católicas y me sentí muy satisfecha porque estábamos haciendo algo positivo".
Metta/Dan Rolando
Edades: 26/32
Ciudad natal: Raleigh
Parroquia: St. Raphael, Raleigh
Experiencia en el tema: Gerente de servicio al cliente para empresa de consultoría tecnológica / Profesor de matemáticas y ciencias
Metta: Siempre me ha gustado el diseño gráfico... Ayudé con la formación y entrenamiento del equipo. Diseñé ayudas de trabajo impresas, señales, mapas y ayudé a editar los diseños de software. ¡Fueron muchas noches de trabajo y tomar espresso ayudó! Habíamos estado orando por tanta gente que estaba necesitada y, Dios nos ofreció ésta oportunidad.
Dan: Trabajé con el proceso de admisión y entrega de alimentos a los clientes y dirigí el equipo de adaptaciones de espacios. Definitivamente éste fue nuestro enfoque durante las dos semanas del proyecto y, no podría pensar en una manera más divertida y gratificante de pasar nuestras noches. ¡Definitivamente supera a Netflix!
Taylor Hammeke
Edad: 26 años
Ciudad natal: Cary
Parroquia: San Michael, Cary
Experiencia en el tema: Mercadeo en una empresa farmacéutica internacional
"Cuando el Corona Virus llegó... fue para mí, un momento de reflexión interior. ¿Cómo puedo dar apoyo si éste tiene que ser de manera remota? Me ofrecí para ser líder de equipo en el proceso de admisión. Hicimos recomendaciones con base a la seguridad, tanto de los clientes como de los voluntarios; queríamos hacerlo de manera que las personas no tuvieran que salir de los coches o interactuar con otros clientes.
Yo diría que fue extremadamente satisfactorio haber tenido la oportunidad de ser parte de una ayuda rápida en lo relacionado a cómo funciona la despensa, con el fin de proporcionar a los clientes alimentos; fue una bendición".